Mi compromiso con el Alma Mater que me acogió por 5 años ( 1978 - 1982) y que es mi casa de labores desde 1986, motivo en mi una MÍSTICA SANLUISANA imborrable, una vocación de servicio demostrada en mis acciones y aportes como muestra de mi Gratitud y homenaje a mis Maestros, a mis compañeros y compañeras de aula y al Gran Legado que heredamos de la congregación Jesuita cuando iniciaron el apostolado educativo desde 1746.